jueves, 1 de abril de 2010

Artículo de opinión en Contreras Digital

Reproducimos a continuación el artículo de opinión publicado hoy por el periodista Agustín Toledano Soto en el blog "Contreras Digital. Primer blog deportivo de Jaén":

JUEVES 1 DE ABRIL DE 2010
LA OPINIÓN DE : AGUSTÍN TOLEDANO SOTO


SIN GREGARIO

Hay dos Manuel Beltrán Martínez.

El ciclista. Triki. Un ciclista generoso al que Rominger, Olano y Armstrong le deben gran parte de sus éxitos. Al que no de daba miedo ni su conocida Pandera ni l’Alpe d’Huez. Tampoco el Mortirolo, el puerto más duro para él. Triunfador en la Volta a Catalunya (sólo acabaron 57 de 118 corredores esa edición) con una victoria en la cronoescalada en el Alto de la Rabassa. Ganador de etapa en País Vasco y de la Clásica de los Puertos, además de los 101 kilómetros de Ronda en su estancia en el ciclismo de montaña. Pobre palmarés personal: el ‘pecado’ de ser el mejor gregario del mundo, que le llevó a participar en varios mundiales en ruta con la selección española trabajando para otros líderes. Admirable. Tanto que alguno de sus jefes de filas le tuvieron que ordenar levantar el pie en subidas empinadas porque no tenía forma de seguirlo.

La persona. Manolo. De la Alcantarilla. De familia humilde. Sabio de la dureza del olivar. Amable con todos y vestido siempre con una sonrisa. Devorador de pasta y fanático de los viajes: Tokio, Perito Moreno, Colorado… y su preferida, Nueva York.

Ese segundo Beltrán sufre la soledad de todas las felicitaciones y palmadas en la espalda que recibía cuando estaba en lo más alto, y que desaparecen en el momento más inoportuno. Ahora se enfrenta, sin ningún gregario que le ayude, al peor puerto de todos mientras recibe palos de Federación Italiana, Consejo Superior de Deportes, UCI…

Y sigue luchando mientras ve cómo aquellos que reconocieron su dopaje (Dueñas irá a la Vuelta con el Xacobeo y Riccó lo está haciendo estos días en la Coppi & Bartali con el Ceramica Flaminia) vuelven a la competición como si no hubiera pasado nada. Y también ve como a Alejandro Valverde se le defiende desde los medios de comunicación y desde los entes federativos cuando a él lo dejaron tirado al inicio del puerto.

“Ser ciclista es lo mejor que me ha pasado en la vida”, decía, seguro de que el olivar es “más duro”. Aunque ahora se pregunte para qué sirvieron tantas horas de entrenamiento y tanto esfuerzo para la recompensa que le dan ahora. Lo mejor que le pasó y una condena que algunos se empeñan en que no acabe nunca.